Ferrari: el roce entre pilotos oculta su mayor problema

Ferrari vivió otro fin de semana decepcionante en el Gran Premio de Miami.

Aunque la cobertura televisiva centró la atención en el duelo entre Charles Leclerc y Lewis Hamilton, el verdadero problema volvió a ser la falta de competitividad del SF-25, un asunto que el equipo debe resolver con urgencia de cara a la decisiva triple cita europea (Imola, Mónaco y Barcelona).

La polémica surgió en torno a la orden de equipo que permitió a Hamilton adelantar a Leclerc.

El británico, con neumáticos medios más frescos, rodaba claramente más rápido tras su parada en la vuelta 28, mientras Leclerc lo hizo en la 29.

Sin embargo, Ferrari tardó seis vueltas en autorizar el cambio de posiciones, cuando la ventaja estratégica ya se había diluido.

Frédéric Vasseur justificó la tardanza por dudas sobre si el ritmo de Lewis era real o beneficiado por el DRS.

A pesar del retraso, ambos pilotos acataron la decisión sin generar conflictos posteriores, según el propio team principal.

El problema de fondo: el SF-25 sigue sin estar a la altura

Más allá de la disputa interna, los resultados hablan por sí solos.

Leclerc fue séptimo y Hamilton octavo, muy lejos de los líderes. Incluso quedaron por detrás de la Mercedes de Russell y la sorprendente Williams de Albon.

El dato más preocupante: Leclerc cruzó la meta a 57 segundos del ganador, Oscar Piastri.

La clasificación del sábado condenó a ambos pilotos. Leclerc salió octavo, Hamilton duodécimo.  Una vez más, la falta de velocidad a una vuelta impidió aspirar a algo más.

El ritmo de carrera era aceptable, pero no sirve si arrancas tan atrás”, reconoció Vasseur.

La hora de la verdad: Imola, Mónaco y Barcelona decidirán el rumbo del proyecto

Ferrari prepara pequeñas mejoras para Imola y Mónaco. Pero será en Barcelona, con la entrada en vigor del nuevo reglamento sobre la flexibilidad de las alas delanteras, donde se jugarán mucho más que puntos: la continuidad o el abandono del desarrollo del SF-25.

Si el monoplaza no muestra una evolución clara, la Scuderia podría centrar todos sus recursos en el coche de 2026. El margen de error se reduce y el riesgo de terminar el año sin victorias empieza a ser más real.

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