

La introducción de los nuevos combustibles sostenibles en la Fórmula 1 a partir de 2026 ha generado preocupación entre los equipos por el drástico aumento de costes que implicará esta transición ecológica.
Según se reveló en la última reunión de la F1 Commission en Ginebra, algunas escuderías temen que el precio por litro del combustible homologado por la FIA supere los 300 dólares, multiplicando por diez el coste actual.
Actualmente, el combustible en F1 se sitúa en una horquilla de entre 22 y 33 dólares por litro, dependiendo del proveedor. Sin embargo, las proyecciones para 2026 hablan de precios entre 170 y 225 $/litro… y algunos temen que llegue a más de 300 $/litro a medida que avance el desarrollo.
Esta escalada se debe al uso de ingredientes altamente sostenibles y complejos, que todavía están en fase de investigación y desarrollo.
Los cálculos iniciales estiman que los equipos podrían gastar entre 80.000 y 100.000 dólares por fin de semana solo en combustible, lo que daría un total de 1.9 a 2.4 millones de dólares en una temporada con 24 carreras.
Este gasto se multiplica para los equipos sin acuerdos oficiales con proveedores de combustible, que no pueden negociar precios preferenciales.
Por primera vez, la FIA ha decidido excluir el coste del combustible del límite presupuestario de F1 en 2026, como recoge el reglamento financiero:
“El coste del combustible homologado por la FIA, adquirido para competir y test, junto con su transporte, quedará fuera del coste máximo”.
Aun así, los equipos insisten en que no es un gasto despreciable, y están presionando para que se revise de cara al futuro.
La FIA ha recogido las inquietudes del paddock y ya trabaja en posibles modificaciones para 2027. Una de las propuestas sería estandarizar parcialmente la composición del combustible, utilizando componentes más asequibles, y limitando las áreas de desarrollo.
El objetivo es mantener la innovación, pero contener los costes.
Nikolas Tombazis, director de monoplazas de la FIA, se muestra optimista:
“Todo es caro al inicio, pero con el tiempo y la experiencia, los costes bajarán. Ocurre con cualquier tecnología”.
Aunque los equipos se resistan al golpe económico inicial, la F1 está decidida a avanzar hacia una competición más limpia y tecnológicamente puntera.
Los nuevos combustibles sostenibles forman parte del proyecto de descarbonización total del campeonato para 2030, y este paso en 2026 es clave.