

Aston Martin atraviesa su peor arranque de temporada en Fórmula 1 desde 2022, y en el equipo son plenamente conscientes de que algo tiene que cambiar.
Hace tres años, las causas eran claras: nuevas instalaciones aún en construcción, fichajes clave que no habían llegado, y la baja de Sebastian Vettel por COVID en las primeras carreras. Pero en 2025 ya no hay excusas.
Este comienzo es particularmente frustrante dado el contexto en el que se encuentra el equipo:
Incorporaciones clave: En los últimos años, Aston Martin ha conseguido fichajes estratégicos como Fernando Alonso, quien llegó con grandes esperanzas de llevar al equipo hacia un nivel más alto.
Infraestructura de vanguardia: Con una fábrica de 150 millones de libras y un nuevo túnel de viento funcionando, Aston Martin tiene todos los recursos para estar a la par de los mejores.
A pesar de ello, el AMR25 no ha cumplido con las expectativas, y el equipo se enfrenta a una temporada llena de incertidumbres.
El AMR25, parece estar lejos de cumplir con las promesas iniciales.
Lance Stroll y Fernando Alonso han mostrado su frustración, describiendo el coche como lento y difícil de conducir.
Tras el reciente triple-header en Japón, Bahréin y Arabia Saudí, ambos pilotos se han mostrado claramente exasperados.
Lance Stroll, al ser preguntado sobre los puntos fuertes del AMR25, no dudó en señalar los defectos:
“No lo creo. No creo que haya nada realmente bueno. No somos el coche más rápido en curvas rápidas, ni el mejor en tracción a baja velocidad. Quizá en frenada en línea recta estamos más o menos bien”.
Por su parte, Fernando Alonso, que aún no ha logrado puntos en el inicio de la temporada, comentó en Arabia Saudí que el equipo había llegado al límite de sus ideas:
“Necesitamos algo desde la fábrica, no desde el garaje. Aquí ya nos hemos quedado sin ideas por el momento”.
La falta de progreso es clara, y las actualizaciones del coche simplemente no están funcionando.
La frustración es palpable en los dos pilotos, que ven cómo el AMR25 no se acerca a los niveles de rendimiento de otros competidores.
A pesar de los graves problemas de rendimiento, Aston Martin se enfrenta a dos barreras clave que complican la solución de la crisis del AMR25:
Con el cambio de regulaciones que se avecina en 2026, Aston Martin tiene muy claro que sus esfuerzos de desarrollo deben estar centrados en ese año.
Las reglas de 2026 presentan una gran oportunidad para el equipo, y el desarrollo del AMR25 no es visto como una prioridad si puede comprometer el progreso hacia ese nuevo reglamento.
El equipo no quiere perder tiempo ni recursos en mejorar un coche que sabe que será obsoleto en unos pocos años. Esta decisión es arriesgada, ya que el equipo no puede permitirse perder terreno respecto a sus rivales en 2025.
Aston Martin ha demostrado en las últimas temporadas que no sabe cómo mejorar su coche de manera eficaz.
El mejor ejemplo de esto se dio en 2023, cuando el equipo comenzó la temporada con un coche muy competitivo, pero las actualizaciones posteriores solo trajeron problemas.
En 2024, el equipo sufrió un problema similar, con un nuevo fondo del coche que fue totalmente abandonado tras los problemas experimentados en el GP de EE. UU., cuando los datos del túnel de viento no coincidían con lo que los pilotos experimentaban en la pista.
Este historial de fallos en las actualizaciones plantea dudas sobre la capacidad del equipo para desarrollar un coche competitivo en la segunda mitad de la temporada, y podría estar impidiendo que Aston Martin solucione los problemas que enfrenta el AMR25.
A pesar de los graves desafíos, Aston Martin tiene varios caminos a seguir para intentar salir de la crisis.
La clave será encontrar una solución rápida al AMR25 o decidir si centran todos sus esfuerzos en la preparación para 2026.
Imola será una nueva e importante prueba para el equipo, que necesita urgentemente puntos y mejoras para evitar una temporada perdida.
Los desarrollos futuros del coche deberán ser cuidadosamente planificados, y el equipo debe aprender de los errores del pasado, centrando sus esfuerzos en mejorar las áreas que más afectan el rendimiento en pista.
Aston Martin tenía grandes expectativas para 2025, pero el rendimiento del AMR25 ha puesto en duda su capacidad para competir con los mejores equipos.
El equipo debe encontrar rápidamente una solución técnica y estratégica para superar los desafíos de la temporada, o de lo contrario, corre el riesgo de ver cómo se desvanecen sus sueños.