Luchar contra el actual campeón del mundo no es la mejor táctica si la FIA quiere un mar tranquilo y sin problemas en la F1.
Mohammed Ben Sulayem en persona ha iniciado una campaña para «abolir» los malos comportamientos y especialmente comentarios en el «circo rodante». Una iniciativa que ya por el momento no le está dando en absoluto los resultados esperados por el presidente de la FIA.
El error empieza ya en la forma (no en el fondo de la historia) ya que no puedes empezar con «mano dura» tu planteamiento en lugar de intentar llevarte a «tu terreno» a esas personas que presionas con sanciones.
Y digo no en el «fondo» porque es evidente que todos los pilotos y el resto de grandes protagonistas de la F1 son un referente para los jóvenes aficionados en muchos aspectos.
Tal vez habría sido mucho mejor si la FIA hubiera comunicado sus intenciones en una reunión privada.
De esta forma era más sencillo decirles por ejemplo: «Cuando estéis el fin de semana en un Gran Premio, por favor cuidad un poco vuestro vocabulario«.
Sé que no son «alumnos de parvulario», por eso mismo. Pero si en lugar de tratarlos así lo haces como personas adultas es mucho más factible llegar a un acuerdo.
El actual frente abierto con Max Verstappen y la FIA está creciendo de una manera que no tiene pinta de ser favorable a los pensamientos de Mohammed Ben Sulayem.
Alex Wurz, el presidente de la Asociación de Pilotos (GPDA) ya se ha posicionado al repecto:
«Los pilotos necesitan poder expresarse con autenticidad hasta cierto punto«.
«Por supuesto nunca hay que utilizar insultos o palabras discriminatorias en sus comentarios«.
«Personalmente creo que la sanción a Max ha ido demasiado lejos. Nosotros, los pilotos, discutimos todos los temas de forma interna y por eso espero que también a puerta cerrada podamos resolver la situación con la FIA«.
Una clara advertencia de Wurz y los pilotos para que Ben Sulayem deje de «airear» y «publicitar» su lucha d poder en la F1.
La sanción a Verstappen parece a todas luces «desproporcionada» si tenemos en cuenta las palabras del holandés en la rueda de prensa.
Además con ello Max parece ser realmente la «voz de la razón» en el conflicto, dejando en clara evidencia a la FIA.
En la historia de la F1 ya han existido otros precedentes de «pulsos» entre pilotos y los presidentes de la Federación Internacional de Automovilismo.
Por ejemplo cuando Ayrton Senna insinuó que el presidente de la FISA, Jean-Marie Balestre, había favorecido claramente a Alain Prost en la polémica final por el título de 1989, que incluso puso en duda la participación del brasileño en el Mundial de F1 de 1990.
Max Verstappen tiene un enorme poder que tal vez no han valorado suficiente. Si el holandés decide apartarse de la F1 por esta lucha de la FIA no sería en absoluto positivo para el «negocio».
Es evidente que la FIA tiene el poder para controlar y regular el Mundial, pero Max tiene uno más importante y valioso frente a la opinión pública: ser un referente, un ídolo de multitudes que genera un gan cantidad de millones de euros en beneficios.
¿Por qué desde Liberty aún no se han pronunciado oficialmente sobre todo este conflicto?
La respuesta la tendremos en breve si la FIA continúa con su «tozudez» de equivocar el camino.