
La FIA planea ajustar el reglamento 2026 y congela el regreso de los V10 hasta 2029
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Hoy Mohammed Ben Sulayem, presidente de la FIA, ha llegado a Bahréin en un contexto tenso y lleno de incertidumbre.
Tras su ausencia reciente en los últimos Grandes Premios de Fórmula 1 —aparentemente por razones religiosas relacionadas con el Ramadán—, ha liderado una de las reuniones más importantes del año.
En la cumbre técnica celebrada en Bahréin, la FIA se reunió con todos los fabricantes implicados en la Fórmula 1, incluidos Audi, Ford, Cadillac, Mercedes, y otros.
El objetivo: debatir el futuro de los reglamentos de motores 2026 ante las crecientes preocupaciones por costos, competitividad y espectáculo.
Y aunque no estaba pensada para tomar decisiones firmes, sí se avanzó en una hoja de ruta común para hacer ajustes a las normas previstas.
Las discusiones se centraron en dos preocupaciones principales:
⚠️ Riesgo de desequilibrio en la parrilla, sin opciones de recuperación para los equipos con menor rendimiento.
⛽ Temor a carreras demasiado conservadoras, donde se priorice la gestión del consumo sobre el espectáculo.
Aunque todos coincidieron en que descartar por completo las normas 2026 no es viable, se propusieron ajustes que incluirían:
Reducción de costes.
Mejores oportunidades de desarrollo para los equipos rezagados.
Modificaciones al reglamento deportivo que mejoren el espectáculo.
Uno de los temas más esperados era el debate sobre el regreso de los motores V10 o V8, alimentados con combustibles sostenibles.
Si bien hubo interés en discutir esta alternativa, los fabricantes expresaron su compromiso con los motores híbridos turbo actuales y acordaron posponer cualquier cambio drástico hasta mínimo 2029. Algunos incluso prefieren cumplir con el ciclo completo hasta 2031.
«Los avances en combustibles sostenibles hacen pensar que podríamos simplificar los motores«, explicó Nikolas Tombazis, director técnico de monoplazas de la FIA.
«Pero los motores actuales son extremadamente caros. Por eso se barajó el regreso del V10 como alternativa más asequible«.
Una de las ideas que tomó fuerza fue mantener la hibridación, pero con sistemas más simples, como el KERS, en lugar del reparto 50/50 entre motor térmico y eléctrico previsto para 2026.
Esto permitiría contener los costes y mantener el interés de los fabricantes, sin comprometer la evolución tecnológica.
Otro tema fue la posibilidad de acortar los ciclos reglamentarios, que actualmente duran 5 años. Un nuevo motor V10 antes de 2031 implicaría un desarrollo paralelo costoso, lo cual fue visto como inviable sin compensaciones económicas.