El Opel Laubfrosch conduciendo por el campo.

Opel Laubfrosch, la «ranita verde» cumple su primer siglo

En 1924, Opel dio un gran salto hacia la popularización del automóvil con el lanzamiento del Opel 4 CV, el primer vehículo fabricado en serie en Alemania.

Todo un hito tanto por su el uso de las cadenas de montaje como por su propuesta, asequible, compacta y diferente.

El Opel Laubfrosch se puso a la venta con un único color de carrocería: el verde.

Este hecho, unido a sus pequeñas dimensiones de 3,20 metros de largo, 1,35 metros de ancho y 1,65 metros, provocó que se le conociera como el “Laubfrosch”, la rana arbórea.

Un animal que, en Alemania, es, además, sinónimo de buena suerte.

Con una configuración biplaza, que ampliaría posteriormente a una tercera plaza, el Opel Laubfrosch trajo consigo innovaciones de calado, como su motor de bloque de 4 cilindros, que permitía rodar a 60 Km/h y que incluía lubricación por bomba de aceite o embrague multidisco de acero.

La palanca de cambios se situaba en el centro del vehículo y no en el exterior.

Sus ruedas y su bastidor estaban hechas de acero estampado, mientras que en la carrocería aún se incluían componentes de acero y de madera.

Tenía parabrisas ajustable y capota abatible para protegerse de la intemperie, también contaba con un maletero integrado en la parte trasera.

Con sus dimensiones compactas y su color verde, que contrastaba con los grandes automóviles negros dominantes en la época, el Opel Laubfrosch logró unas cifras de venta espectaculares para la época: 120.000 unidades entre 1924 y 1931.

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