Nani Roma y Alex Haro terminaron ayer la primera semana de carrera consiguiendo su mejor parcial de todo el rally, la 11ª posición, y eso en la temida etapa de 48 horas que discurría por el inmenso desierto denominado “Empty Quarter”, situado al sureste del país arábigo, donde las dunas y la arena fueron el único gran obstáculo a superar durante casi 600 km.
Sin problemas graves, Roma-Haro han tenido que hacer frente a los diversos pinchazos que en mayor o menor medida han sufrido todos los equipos a lo largo del rally, aumentando su ritmo cuando la carrera se ha ido endureciendo.
Actualmente están clasificados en la posición 12ª, a menos de 9 minutos del top ten, objetivo que debería ser a partir de ahora el de los líderes de M-Sport Ford
Nani pasa balance a su actuación global: “ha sido una primera semana dura, muy complicada, ya esperábamos que lo fuera pero estos dos últimos días, la verdad, no creíamos que lo fueran tanto. En todo caso, en medio de esta dureza nuestros resultados han sido buenos, estoy contento porque el Ranger ha funcionado bien. Nos han pasado pequeñas cosas pero todo se soluciona, tener algún problema es algo de lo que nadie se salva, lo importante es no parar en la pista, no cometer errores y avanzar, siempre avanzar”.
”Tanto Alex como yo hemos funcionado al nivel esperado, estoy contento de nuestra actuación como equipo. Los diversos pinchazos que hemos sufrido nos han roto el ritmo, pero eso es algo con lo que ya cuentas, todo el mundo pincha en alguna ocasión. La valoración que hago es positiva, estamos fuertes, nuestro coche hace gala de la resistencia que ya sabíamos y ahora hay que hacer otros seis días sin problemas ni errores. Queremos llegar a la meta, la experiencia que obtendremos con ello es primordial de cara al futuro”.
Este domingo, la etapa Ryad–Al Duwadimi, con 483 km de especial, se anuncia por pistas en parajes inhóspitos y cambios de rumbo constantes, con un final en una cadena de dunas que puede poner a prueba a los más experimentados.
En los siguientes días predominarán las pistas sobre un desierto inmenso y pedregoso, que dirigirá a los corredores hacia el norte, con navegación a ratos complicada y mesetas rocosas donde un pinchazo puede aparecer cuando menos se espera.