

ANFAC -la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones– e Iberdrola – unen sus fuerzas para impulsar su implantación en España, la única opción libre de emisiones actualmente que, además, permite avanzar en la independencia energética.
La movilidad eléctrica no solo facilita la reducción de emisiones y la mejora de la calidad del aire en las ciudades, sino que representa un impulso económico al país tanto en la fabricación de vehículos como construcción de estaciones de recarga.
Ámbitos que ayudan a generar empleo y fomentan la innovación y desarrollo de nuevas tecnologías en el sector de la movilidad y las energías renovables.
España es el segundo productor automovilístico de Europa, con 18 fábricas en las que se fabrican 27 modelos de vehículos eléctricos e híbridos enchufables sobre un total de 40 modelos.
Sin embargo, el país avanza lentamente en la penetración del vehículo electrificado, con el 11% de cuota de mercado en el último año, frente al 20% de la media europea
“Los pilares del sector se basan en nuevas cadenas de valor, en donde nuevos actores emergentes llevan la delantera. En este contexto la energía se ha convertido en un eje sobre el que pivotan el core de las decisiones estratégicas de la industria«.
«Las sinergias entre el sector energético y la automoción son más fuertes que nunca, y eso se traduce, no sólo en tecnología, sino en posibilidades de negocios y servicios de valor añadido. La alianza entre energía y automóvil eléctrico es natural y necesaria”, declara el presidente de ANFAC, Josep María Recasens.
“La electrificación es imparable y la movilidad eléctrica ha llegado para quedarse. El coche eléctrico representa no solo una oportunidad para la industria automovilística española, sino la reducción de nuestra dependencia de los combustibles fósiles y sus emisiones«.
«Además, tiene múltiples beneficios para el usuario final, como el ahorro de combustible, la ausencia de ruido o mayor confort”, afirma Mario Ruíz-Tagle, CEO de Iberdrola.
La colaboración entre ANFAC e Iberdrola representa un paso significativo hacia un futuro más sostenible y limpio en España. Al unir fuerzas, las entidades están sentando las bases para una transición exitosa hacia la movilidad eléctrica, beneficiando tanto al medio ambiente como a la economía.
Con el apoyo adecuado de políticas públicas y la participación activa de los consumidores, España puede convertirse en un líder en movilidad eléctrica en Europa.