

Algunos propietarios de Volkswagen ID.4 en Estados Unidos han iniciado acciones legales contra la marca, alegando que los botones táctiles del volante son tan sensibles que el control de velocidad adaptativo se activa sin intención, generando situaciones de peligro.
Según los denunciantes, una simple caricia sobre los controles puede disparar la asistencia a la conducción, y algunos incluso confiesan tener miedo de conducir.
En la búsqueda de modernidad, los fabricantes a veces complican más de lo necesario la experiencia de conducción.
Volkswagen ha apostado por botones táctiles lisos y con retroalimentación háptica, presentados como futuristas y estéticamente atractivos.
Sin embargo, en la práctica, estos botones pueden activar funciones involuntariamente, incluyendo el control de velocidad adaptativo, provocando situaciones complicadas o accidentes.
El reciente recurso colectivo de propietarios del VW ID.4 en New Jersey recoge varios incidentes por ese motivo:
Un conductor dañó la puerta de su garaje tras una aceleración inesperada.
Otros reportan lesiones personales.
Incluso se mencionan accidentes vinculados a la activación involuntaria del control de velocidad.
Los demandantes en su escrito aseguran que Volkswagen conocía el problema a través de quejas de clientes y datos internos, sin informar ni ofrecer soluciones, lo que podría constituir fraude por omisión, ruptura de garantía y violación de leyes de protección al consumidor.
En 2022, la marca automovilística ya admitió que los botones táctiles fueron una decisión tecnológica equivocada.
Volkswagen anunció que sus futuros modelos, a partir del ID.2all, volverán a incorporar botones físicos.
Sin embargo, los propietarios actuales no reciben noticia alguna, ni reparación gratuita ni reembolso, lo que ha aumentado la indignación y llevado a varios a recurrir a la vía judicial en EE. UU.