Spa, lluvia y FIA, una combinación delicada

Ayer, el paddock de Spa se dividió entre quienes, con setup de lluvia, querían salir puntualmente a las 15:00, y quienes, con ajuste para seco, preferían un reinicio más tarde.

La dirección de carrera retrasó demasiado el reinicio, tanto que con neumáticos intermedios solo se disputaron siete vueltas lanzadas.

Verstappen lanza una crítica clara: Ya no se quiere correr con lluvia”.

La lluvia fue intensa hasta el mediodía, pero a partir de las 13:00, el cielo sobre Spa-Francorchamps empezó a despejarse.

A falta de una hora para el inicio, se esperaba un Gran Premio en condiciones mayoritariamente secas.

Sin embargo, tras los giros de preformación, nuevos nubarrones aparecieron y provocaron una fuerte precipitación repentina.

¿Decisión correcta?

La dirección de carrera decidió dar la salida a las 15:00, pero tras una vuelta tras el coche de seguridad se sacó la bandera roja.

La mayoría de pilotos se quejaron por radio de la visibilidad casi nula.

Las cámaras en los cascos confirmaron la presencia de una densa niebla de agua pulverizada, que hizo imposible pilotar, especialmente desde la mitad de parrilla hacia atrás.

En medio del caos, surgieron intereses encontrados: algunos apostaron desde la clasificación por un setup de lluvia, como Max Verstappen, que lideró a los que pedían semáforo verde sin más espera.

La decisión de parar tal vez fue acertada, pero lo discutible fue la espera de una hora y veinte minutos antes del nuevo inicio, otra vez con safety car durante cuatro vueltas.

La FIA puso más atención a los radares meteorológicos que a las condiciones reales de pista.

El resultado: tras solo siete vueltas lanzadas con intermedios, pilotos como Hamilton, Gasly, Hülkenberg y Alonso cambiaron a slicks, confirmando que la carrera podía haberse iniciado al menos media hora antes.

Tras la carrera, las opiniones fueron diversas.

Helmut Marko comentó: “La carrera podría haber comenzado a las 15:00. Después de tres o cuatro vueltas tras el safety, se habría creado una trazada seca”, y criticó que la dirección de carrera fue demasiado cautelosa.

Obviamente, Verstappen fue aún más rotundo:
¿Vamos a decidir que ya no se corre bajo lluvia? Podríamos haber empezado una hora antes. Esta decisión nos quitó una gran carrera en mojado. Da la sensación de que solo se puede correr cuando la pista está casi seca”.

¿Prudencia o espectáculo?

Pero en Spa no todos estuvieron en contra.

Andrea Stella, desde McLaren, defendió la actuación de la FIA: “En un circuito como Spa, con zonas de alta velocidad como Eau Rouge y Radillon, la visibilidad limitada es muy peligrosa. Mejor ser prudentes.

 

También Frédéric Vasseur, el jefe de equipo de Ferrari, apoyó la precaución, subrayando que las cámaras en los cascos mostraban claramente lo crítica que era la pista.

Esperar hora y media para relanzar la carrera dejó a muchos con sabor amargo. Pilotos sentados en boxes veían cómo se desvanecía la posibilidad de una buena carrera con el paso del tiempo.

 

La FIA optó por el riesgo cero, sacando los monoplazas solo cuando salió el sol sobre Spa-Francorchamps. Aunque era peligroso iniciar con lluvia intensa, se pecó de exceso de prudencia, reduciendo el uso real de intermedios a solo siete vueltas.

Max Verstappen lanzó una pregunta al aire:
¿La línea que marca la FIA permite de veras seguir corriendo en mojado?
La respuesta parece ser “sí”, pero con una ventana mínima de condiciones, que empieza con visibilidad aceptable y termina en cuanto se puede usar slicks.

En Spa, ese margen para los responsables tan solo duró siete vueltas…

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