Ferrari descubre un fallo en la dirección del SF-25 que afecta en curvas rápidas
El sábado Charles Leclerc dejó entrever, tras la clasificación del Gran Premio de Gran Bretaña en Silverstone, que el Ferrari SF-25 sufre un problema mecánico en el sistema de dirección asistida, una anomalía que se hace especialmente evidente durante la Q3, cuando el coche es exigido al máximo.
«No es un problema de equilibrio ni de agarre, pero no quiero entrar en detalles. Es algo extraño que se nota sobre todo en los tramos rápidos y complica mucho todo”, explicó Leclerc.
El piloto monegasco, que clasificó sexto, fue prudente, pero dejó clara la presencia de un problema técnico que afecta directamente al rendimiento del coche en curvas rápidas, especialmente en los últimos compases de la sesión clasificatoria.
¿Qué ocurre con el SF-25 en las curvas rápidas?
Según han adelantado los compañeros de Motorsport.com, la anomalía está relacionada con la hidroguía, el sistema de dirección asistida hidráulica.
Este componente reduce el esfuerzo que debe hacer el piloto al girar el volante, algo crucial en zonas de gran carga lateral. No obstante, en el caso del SF-25, la respuesta del sistema no es consistente cuando se rueda al límite, lo que reduce la confianza del piloto en momentos clave.
El problema no es constante: se presenta únicamente en circuitos con curvas rápidas, como Silverstone (en la zona de Maggots-Becketts) o Suzuka.
En estos escenarios, las fuerzas laterales ponen a prueba la precisión del chasis y la sensibilidad del piloto, y cualquier interferencia en la dirección puede marcar la diferencia.
Este tipo de complicaciones no es nuevo en la Fórmula 1.
Sebastian Vettel ya señaló en 2021 problemas de sensaciones con el sistema de dirección de su Aston Martin, y Fernando Alonso también ha trabajado mucho en ese área durante su carrera para adaptar la dirección a su estilo de pilotaje.
En la Fórmula 1 actual, donde los márgenes son mínimos, una sensación extraña al volante puede ser la diferencia entre la pole y salir desde tercera fila. Aunque Ferrari asegura que se trata de un problema solucionable, será necesario intervenir en una zona compleja, que mezcla mecánica, hidráulica y software.