
Stellantis frena el despido de trabajadores en una factoría de Jeep
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Desde la marcha de Carlos Tavares el 1 de diciembre, Stellantis ha estado revisando su estrategia en varios frentes.
El grupo anunció que daba marcha atrás en los despidos que había anunciado previamente en una planta de Jeep en Estados Unidos.
Stellantis ha confirmado que da marcha atrás en la decisión de despedir a 1.100 empleados de su planta de Jeep en Toledo, Ohio (norte). La empresa dijo que estaba revisando su estrategia en Norteamérica tras la marcha de su anterior jefe, Carlos Tavares.
«No se despedirá a ningún empleado a partir del 5 de enero, como estaba previsto inicialmente, debido a una reducción de las rotaciones», aseguró un portavoz del grupo.
«Se espera que todos los empleados vuelvan al trabajo como estaba previsto después de Año Nuevo», añadió el portavoz de Stellantis.
El grupo justifica esta decisión por su voluntad de revisar su estrategia empresarial en Norteamérica.
Los despidos en la planta de Toledo se anunciaron a principios de noviembre. En aquel momento, la empresa franco-italo-americana justificó las salidas por la necesidad de recuperar la competitividad en la factoría que ensambla automóviles de la marca Jeep.
El plan preveía también transferir a una empresa externa algunas actividades que afectaban a 400 empleados.
Según Stellantis, el objetivo era adaptar la producción a las ventas.
Las ventas cayeron un 20% en el tercer trimestre, hasta 1,15 millones de vehículos entregados.
Las ventas del Grupo se desplomaron en este periodo en Norteamérica (un 42% menos, hasta 12.400 millones de euros). Ello se debió a la caída de las ventas y a las promociones lanzadas para reducir las existencias de vehículos.
Desde la marcha de Carlos Tavares el 1 de diciembre, Stellantis ha revisado radicalmente su enfoque. John Elkann, el nuevo CEO interino, ha dado garantías a los gobiernos francés e italiano de que se mantendrá la producción. Pero también inversiones en ambos países.
En una carta dirigida a sus miembros, Kevin Gotinsky, director del UAW, el sindicato americano de trabajadores del automóvil en el seno de Stellantis, consideraba que las cosas iban «en la buena dirección» tras la marcha de Carlos Tavares.
Y se mostró optimista sobre la posibilidad de que la dirección dé marcha atrás en su decisión relativa a la planta de Toledo.