Continental y sus 90 años de historia produciendo neumáticos de invierno

El primer producto específico para la temporada de frío, denominado «Gelände«, se presentó en 1934.
Desde entonces, las décadas de experiencia en este campo han dado sus frutos: los dibujos de la banda de rodadura y los compuestos de caucho de los neumáticos de invierno actuales de Continental se adaptan perfectamente a estas condiciones, garantizando un mayor agarre y distancias de frenado más cortas sobre nieve, hielo y lluvia.

Gelände, fue uno de los primeros de su tipo en todo el mundo en 1934. Presentaba un nuevo tipo de banda de rodadura especialmente diseñado para nieve, hielo y aguanieve.

 

En 1953, la empresa probó el rendimiento real de los neumáticos de invierno de Continental. Equipados con el neumático Continental M+S, los vehículos cruzaron con seguridad el paso de montaña cubierto de nieve de San Gotardo, un paso de montaña en los Alpes que une Suiza con Italia.

A 40 km/h, un coche con neumáticos de invierno se detiene aproximadamente  unas seis longitudes de vehículo antes que un coche con neumáticos de verano.

Eso significa una gran ayuda a la seguridad, ya que la distancia de frenado equivale a seis posibles coches frente a nosotros en esa situación.

Para garantizar que cada nueva generación de neumáticos de invierno cumpla con los más altos estándares de seguridad, Continental prueba sus productos exhaustivamente en pistas de prueba de todo el mundo. 

Un nuevo modelo de neumático de invierno se somete a pruebas equivalentes a hasta 500.000 kilómetros en más de 20 disciplinas de prueba antes de estar listo para su comercialización.

Durante los test, los neumáticos se someten a una serie de pruebas según criterios estrictos, como la tracción, el control direccional y las características de frenado en carreteras secas, mojadas y cubiertas de nieve.

 

Esto garantiza la menor distancia de frenado posible, una precisión exacta de la dirección y una alta estabilidad en las curvas.

Además, el desgaste de los neumáticos, el consumo de combustible, la generación de ruido y el confort general de conducción también juegan un papel importante.

Rodar en el Círculo Polar

Una parte de las pruebas se lleva a cabo cerca del Círculo Polar Ártico, en el centro de pruebas de Continental en Arvidsjaur (Suecia).

Allí, las condiciones son ideales para poner a prueba los neumáticos de invierno en cuanto a arranque, estabilidad en curvas, manejo y frenado sobre hielo y nieve.

Continental realiza más de 60.000 mediciones individuales cada invierno. También se realizan otras maniobras de conducción para comprobar la estabilidad direccional, y los nuevos modelos de neumáticos recorren alrededor de 18.000 curvas sobre nieve y hielo.

El centro de pruebas Contidrom, cerca de Hannover, también cuenta con una pista de hielo cubierta que se puede utilizar durante todo el año, independientemente de las condiciones meteorológicas.

En ella, los expertos prueban el comportamiento de los nuevos compuestos de caucho de los neumáticos en condiciones de frío.

 

Para ello, un conductor conduce un vehículo sobre la superficie helada y frena. A continuación, se evalúan los datos medidos según sea necesario. Las temperaturas del hielo se pueden ajustar a diferentes grados de frío.

 

Además, los expertos utilizan la instalación interna de pruebas de frenos de neumáticos para comprobar cómo se comportan los neumáticos al frenar en carreteras mojadas y secas, también en vehículos, pero de forma totalmente automática, es decir, sin conductor.

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