

La Asamblea General de la FIA votará las revisiones de sus estatutos en su próxima reunión del 13 de diciembre, que incluyen cambios que restringirían por completo las competencias de los comités de ética y auditoría, entre otros aspectos muy importantes.
Una de las primeras personas que han mostrado su preocupación por lo que puede suponer la aprobación de esos cambios es precisamente un ex candidato a la presidencia de la FIA.
David Richards, actual máximo responsable de la autoridad nacional británica Motorsport UK, ha comentado al respecto: «Esperemos que la gente se dé cuenta de que esta no es la dirección correcta, y que tenemos que asegurarnos de que la FIA mantiene lo mejor de la legislación deportiva en el mundo».
Fueron los compañeros de la BBC los que primero mostraron las intenciones de cambio en la FIA.
Una de las principales revisiones que se votarán será la de exigir al Comité de Ética de la FIA que limite sus funciones actuales.
Se le solicitará que «sólo lleve a cabo una evaluación previa para que luego otras personas decidan si es necesario o no continuar con la investigación».
El informe del Comité pasaría entonces directamente al presidente del Senado de la FIA. Un cargo que ocupa en la actualidad Carmelo Sanz De Barros, uno de los colaboradores más cercanos a Ben Sulayem.
Sería Sanz De Barros el encargado de tomar la decisión sobre si es necesaria la investigación, lo que eliminaría por completo la potestad del Comité de Ética de la FIA.
Pero es que además el Comité de Auditoría también vería mermadas sus funciones elementales. No podría investigar cualquier asunto a menos que reciba una petición directa del presidente del Senado (Sanz De Barros).
Sólo él tendría la capacidad para revisar los métodos de contabilidad de la FIA y la forma interna de proceder con ellos.
Pero es que todas esas medidas van incluso más allá.
La pérdida de funciones del Comité de auditoría implicará que no podrá controlar el cierre contable de la Federación Internacional de Automovilismo, sin olvidar que tampoco podrá supervisar ni los presupuestos ni otro asunto financiero.
Toda esa responsabilidad recaerá directamente en Sanz De Barros. Sólo él tendrá la potestad de consultar al Comité si lo cree necesario.
Otro caso será el del actual responsable de cumplimiento de normativa en la FIA, lo que vendría a ser algo parecido a un departamento de «asuntos internos«.
Con los cambios planteados dejará de informar a los Comités (Ética y Auditoria incluidos) y por supuesto perderá su potestad de investigar cualquier sospecha de «irregularidad» relacionada directamente con el presidente de la FIA o cualquier otra persona de su equipo de colaboradores.
Pero en caso de que el propio presidente de la FIA o sus colaboradores (incluyendo el presidente del Senado) fueran objeto de una investigación por parte del Comité de Ética, el informe debería ser presentado a los implicados previamente.
La Asamblea General de la FIA es el órgano supremo que toma las decisiones. Al frente de la misma se encuentra el presidente Mohamed Ben Sulayem.
Está compuesta por clubes automovilísticos y de turismo, además de autoridades deportivas que se encargan de representar a las distintas organizaciones nacionales que son miembros de la FIA.
Si las propuestas reciben un apoyo favorable (50 % + 1 de los votos posibles), significará que podrán entrar en vigor a partir del 1 de enero de 2025.
Muchas personas vinculadas al automovilismo están mostrando su preocupación por la posibilidad de que la Asamblea apruebe las medidas presentadas.
«El comité de auditoría, en mi opinión, debería ser completamente independiente y poder investigar cualquier asunto que desee dentro de la FIA«, ha comentado Richards.
«El cambio de estatutos que se propone impedirá eso, y eso no es buen gobierno».
La propuesta antes de ser presentada a la Asamblea fue ratificada por los dos Consejos Mundiales de la FIA (el Consejo Mundial del Motor y el Consejo Mundial de la Movilidad y el Turismo Automovilísticos), que tuvieron que ponerse de acuerdo para someter la propuesta a votación.
Todo esto ha provocado una reacción en la F1. Muchos tienen la sensación de que Ben Sulayem se está moviendo en una dirección que no será del agrado de los principales protagonistas del Mundial. Ni pilotos, ni equipos ni por supuesto otras personas muy importantes en el circo rodante.
Eliminar la independencia y el poder de los Comités de Ética y Auditoria de la FIA ponen en duda el buen gobierno de la misma. Y por supuesto plantean serias dudas de futuro teniendo en cuenta que en 2024 se vieron obligados a investigar al propio Ben Sulayem.