El plan de «cambios» en Alpine es mucho más importante de lo que se pueda comentar o indicar desde el propio equipo.
La operación en curso, en realidad, esconde un plan mucho más articulado y diseñado que debería conducir, tras la separación del motor Renault, a la venta del equipo de Enstone, en un «touch and go» que ha visto a esta estructura, hoy Alpine, tomar diferentes nombres desde que nació en 1981 como Toleman.
Hay que recordar que tras ese periodo de tiempo luego se transformó en Benetton, Renault, Lotus y Renault de nuevo, antes de teñirse de azul Alpine en los últimos cuatro años.
Tras haber «explicado a su manera» el cambio de dirección en la factoría de Viry-Chatillon con ese nuevo proyecto sin F1 desde finales de 2025, pero con el WEC y el Dakar como grandes esperanzas entre otros temas, llega la parte más complicada de todo el «entramado».
Un acuerdo con Mercedes supone al Grupo Renault volver a trabajar con una marca ya conocida, pero además contar con sus motores «cliente» en el equipo de F1 a partir del 2026 hace mucho más fácil encontrar un grupo inversor que lo compre.
En especial porque sin la «carga económica» que Luca de Meo cifró en 140 millones anuales en el proyecto propio de motores y con una sola sede vinculada como es Enstone, todo es más sencillo si encima le añades el acuerdo con Mercedes.
El propio Flavio Briatore ha salido al paso de todos los comentarios con su «mano izquierda» habitual para comentar que los seguidores de Alpine F1 ni se darán cuenta en 2026 que los motores que propulsarán a los monoplazas serán Mercedes.
Todo apunta a que el acuerdo con Mercedes es una realidad y el contrato pudo firmarse ya en el pasado Gran Premio de Italia en Monza, coincidiendo con la presencia de algunos trabajadores de Alpine realizando su protesta pacífica por el plan del Grupo Renault.
La empresa nunca ha querido poner a Viry-Chatillon en una posible ecuación de venta del equipo. Entre otros aspectos por la negativa del Gobierno de Francia (que es uno de los que más dinero aportó al Grupo Renault en plena crisis financiera) y por otro para no desprenderse de uno de sus centros de investigación y desarrollo históricos.
Oliver Oakes, el actual jefe de equipo en Alpine F1, es un antiguo piloto de Red Bull y era el pilar responsable de Hitech Racing, donde tenía a Dmitry Mazepin como socio importante antes de la guerra ruso-ucraniana.
¿Será esa una conexión importante para la venta de Alpine F1? ¿Un nuevo inversor hará olvidar a los seguidores de Alpine como dice Briatore el hecho de que una marca francesa no lleve motores propios?
¿Habrá cambio de nombre en 2026 para cerrar la etapa actual?
Luca De Meo tiene actualmente más problemas que solucionar al frente del Grupo Renault.
Uno de ellos es una posible fusión con Stellantis que según fuentes muy cercanas a ambas partes podría tener la aprobación del Gobierno francés, ya que cuenta con una amplia participación en el accionariado de los dos grupos automovilísticos.
¿Una solución a los problemas actuales y futuros del sector de la automoción y la nueva era ECO?.