Recuperando el estilo de épocas anteriores, Flavio Briatore fue el centro de atención de la prensa en el motorhome de Alpine F1 en Zandvoort.
Sus declaraciones sobre la actual situación del equipo y la forma de expresarlas le siguen haciendo único en el arte de este peculiar negocio llamado F1.
«Algo está muy claro. Nada está en venta«.
«Luca de Meo no quiere vender el equipo. Finito», remarcaba Flavio antes de que empezaran a lanzarle las preguntas sobre la posible venta de Alpine y los problemas con las factorías.
Briatore quiso poner las bases de la charla con alguna indicación más. Recordó que su ambición con el equipo es «auténtica» y que «marcará algunos podios en 2027«.
Curiosamente Flavio también comentó que tal vez la famosa factoría de Enstone «no necesitaba tanto personal trabajando«.
Una afirmación que por supuesto tuvo que matizar por las consecuencias que podrían comportar su comentario sobre los trabajadores de Enstone.
«No quiero recortar empleos. Necesitamos eficacia. Necesitamos gente con mucha experiencia. No quiero despedir a nadie», explicó rápidamente.
Briatore también insistió en que no era idea suya cerrar la fábrica de motores de Fórmula 1 de Renault en Viry-Chatillon, cerca de París, una decisión que está estudiando el consejo de Renault y que se decidirá el 30 de septiembre.
«No soy el malo de la película siempre», dijo Briatore. «De todo lo demás se me puede culpar a mí, pero no de esto».
Renault, la empresa matriz de Alpine, está decidiendo si abandona su programa de motores de F1, que comenzó en 1977, y convierte el equipo en un cliente que comprará motores Mercedes a partir de 2026 a razón de 17 millones de dólares por temporada.
Ese es uno de los argumentos que rechazan los trabajadores en Viry-Chatillon, ya que según ellos se les ha comunicado que prefieren pagar esa cantidad a Mercedes en lugar de seguir con los 120 millones anuales que cuesta la división de motores de F1 en esa factoría.
La representación sindical de los trabajadores de Alpine envió un comunicado de prensa en el que expresaba su oposición al plan de cierre de Viry.
Insistía en que el programa de diseño del motor para las nuevas normas de F1 que se introducirán en 2026 estaba muy avanzado y que los resultados eran «prometedores».
Se afirmaba que sólo el 20% del déficit de rendimiento actual del equipo alpino respecto a los primeros clasificados se debía al motor y el resto al chasis, diseñado en Enstone (Reino Unido).
Aseguraban que la fábrica británica «lucha por solidificar su estructura en medio de sucesivos cambios de dirección».
Briatore admitió que «el problema de Alpine no era la gestión, sino que eligieron a unos gestores equivocados».
En Zandvoort ha debutado el británico Oliver Oakes como nuevo director del equipo y su predecesor Bruno Famin volvió a trabajar en Viry.
Briatore dijo que Oakes era «entusiasta, joven y ambicioso; no tiene experiencia en F1, pero tiene el talento para triunfar».
Flavio Briatore explico que en la entrevista con Oliver quedó convencido de que era el hombre adecuado para el puesto.
Briatore dijo: «Tenemos que limpiar la casa. Hay que limpiar la casa para asegurarse de que todos trabajan juntos. Necesitas motivar a todo el mundo».